La MADRE

Qué difícil hablar sobre la figura materna sin caer en lo tópico.

Pero estos días, la verdad, en los que he tenido una buena ración de amor materno salpicado con discusiones colaterales en las que la mayoría opinaba que hace falta ser madre para saber con exactitud lo que siente una madre por su hijo, me provoca el escribir algo sobre el tema y que todos me deis vuestras opiniones, igual soy capaz de aprehender algo.

En fin, que en mi ánimo rebelde, yo apostaba todo el rato por la causa perdida, es decir, que no hace falta parir un hijo para "saber" de este amor, solo hace falta rebuscar en tu memoria, en tu corazón, para entender, apreciar, valorar, SENTIR, el amor de una madre por su hijo (o es que no hemos sido todos hijos???).

También soy de las que apuesta que una madre no es solo la que pare a su cachorro. Claro que ahí entramos entre distinciones de MADRE y PERSONA.

Qué hay del amor hacia un hijo adoptado? qué hay de esas madres que maltratan a sus bebés? es este un mundo sinsentido?

Pues claro que lo normal es vivir algo para experimentarlo, para saber lo que es...pero no hemos soñado todas con un príncipe azul o lo que se sentiría en un primer beso? y ese ensoñamiento no ha sido lo que ha ayudado luego (cuando por fin, hemos besado nuestros primeros labios) a reconocer el sentimiento?

Yo no tengo que fumarme un porro para saber lo que se siente. De hecho, es solo un ejemplo porque sí lo he hecho:

Una vez, siendo jovencita, saliendo con la pandilla en verano, luna llena sobre el mar, calor, faldas cortas, tragos largos y un grupo de italianos super cachondos y muy mundanos, me pasaron uno. La verdad es, que no es una droga que me atrajera en ningún momento (principalmente porque nunca he fumado ni le encuentro el gusto al fumar) pero claro, estos italianos estaban que te cagas y no quería parecer demasiado reprimida. Asi, que en la ronda, me tocaron un par de caladas.

Entre que no sabía (ni quería) tragarme el humo y que tampoco le puse mucho interés, aunque sí una gran interpretación, no sentí ninguna de las excelencias que cuentan que te produce, ni siquiera la más mínima.

Pero puedo imaginar lo que se siente sin temor a equivocarme.
Ser madre no es fumarse un porro, joer, pero era solo un ejemplo.

NO me hace falta parir un hijo para saber de este amor, solo he de pensar en mi madre.

En su ilusión, en su abnegación, en su desprendimiento, en su cariño, en sus temores, en sus miedos, en su servicio, en su calor, en su protección, en su apoyo incondicional, en su debilidad, en su sometimiento, en su ENTREGA.

De todo modos, sirva como pequeñísimo homenaje a nuestras madres, que lo han sabido hacer tan bien y con tan poco, sin un google cerca que les echara una mano.

A ella y a todas las demás, GRACIAS.

Por cierto, igual dentro de unos meses tengo que reescribirlo, aunque...sinceramente creo que No.