Toy LLENA

Ozú, no pueo con má!

Os pido un MOMENTO...

Alejandro Sanz me parece un tipo muy interesante.

Siempre me gustó, le seguí en sus comienzos, por sus canciones. Pero luego, me fue sorprendiendo su buen hacer como músico, compositor, productor y si esto, no fuera suficiente, me parece una persona divertida e inteligente.

Lo que llamo un full ARTISTA, vamos. Con eso se nace, indiscutiblemente.

Él me ha dado pie a esta entrada ya que hoy, he estado atenta a unas declaraciones suyas por la tele y, en un momento de la entrevista, ha comentado una idea con la que estoy absolutamente de acuerdo y con la que he convivido durante muchos años de mi vida...la ha expresando mas o menos así:

-"A veces, un momento, te puede cambiar la vida para siempre"-

Qué razón tiene!

Pensando, he recordado una sección de la revista "Pronto" (que siempre se ha leido en casa de mis padres, puede parecer cutre pero curiosamente, es una de las que mas tirada tiene, después de "Hola") bueno, pues una de las secciones que más me llamaban la atención y que leía simpre era esta:


"Qué hubiera sido de mi vida si..."

En realidad, es un axioma muy parecido al anterior: nos explica el porqué la toma de una decisión y no de otra, influye en el desarrollo de nuestra vida y cómo hubiera cambiado ésta de no haber seguido por un determinado camino.

Yo he tenido MOMENTOS así, con mayúsculas.

De esos que te cambian la vida y he pensado que sería muy curioso que compartiéramos algunos en el blog.
Os invito a ello.
Contadme un MOMENTO crucial que cambiara el curso de vuestra vida.

No os agobieis, es tan sencillo y tan común como porqué elegir casarme con fulanito en vez de con menganito ;-) jejejeje.

Recuerdo, así, rápidamente y a modo de ejemplo, algún MOMENTO glorioso mio (y contable):

nº1: - Recuerdo el instante en que decidí vivir en Tres Cantos. En realidad fueron 2 momentos encadenados: El día en que pisé por 1ª vez el pueblo, en el Asador Kantuta, comiendo con Javier, pensé que me encantaría vivir en un sitio así (y no había estado nunca en el lugar ni había oido hablar de este pueblo).

Al poco, un folleto con una promoción de pisos en aquí, anidó en el buzón de mis padres. Cuando lo vi, decidí en secreto que ese sería mi hogar.

Una de las decisiones más acertadas y que más cambiaría mi vida.
nº2: - En otro momento diferente de mi vida, mucho antes en el tiempo, me enfrenté a la matrícula de la universidad. No sabía qué elegir. Tenía prácticamente todas las opciones en mi mano, podía estudiar lo que quisiera.

Quería ser periodista, pero me asustaba el reto, así que bajé mis aspiraciones (o eso creía en ese momento) y decidí estudiar PUBLICIDAD.
Esa decisión, tan rápida en mi caso, determinaría la evolución profesional y por ende, económica y social de... más de 16 años de mi vida.

No me falleis, espero vuestros MOMENTOS.

2 Bodas y 1 Bautizo

No estamos ya en edad de bodas, comuniones o bautizos. Por etapa generacional, nos corresponden tiempos de divorcios: Celebrémoslos!

Es broma ;-)

Lo que sí es cierto, es que hacía un montón de años que no teníamos ningún evento y menos una boda. Pues ahora, en un mes, tenemos dos. Y no olvidemos el bautizo de Lucía, que como nos parecía un mes un poco monótono y aburrido, nos hemos dicho, halaaaa, intercalemos entre ambas ceremonias, el bautizo de la peke.

Qué stress, Dios mio! organizar los desplazamientos, si voy a necesitar biberones, si voy a tener que dejar a la niña con alguien, comprar el vestido (los vestidos para ambas!!)con mi problema añadido (leer, por favor, "este no es mi cuerpo que me lo han cambiao")la pelu...uffffffffffff. No entro en el tema "monetario" pero éste merecería un capítulo aparte.

Son bodas "tardías", fuera del tiempo habitual, igual que el bautizo de Lucía, no para ella, claro, sino para sus padres (casi que nosotros deberíamos ir de comuniones).

Eso no le quita "glamour" a los eventos. Todo lo contrario. Con la edad, se supone que se afina en las decisiones, por lo que auguro a estas uniones toda la dicha del mundo.

La primera boda es la de un amigo de toda la vida de Javier. A él le hace ilusión. Discutimos si ir yo, si llevar a la niña...al final, decidimos ir los tres. Se celebra fuera de Madrid con lo que tenemos un pequeño problema añadido. Pero me ha prometido regresar pronto y además ir con el capazo en el coche (en vez de la maxicosi).

Esa es otra.

Mejor dejemos los experimentos (aun no hemos probado el cuco en el coche) para otra ocasión, el día de la boda de Ávila, ya tenemos que tener aprehendido el sistema de manera milimétrica, nos evitaremos broncas innecesarias.

Aun no tengo vestido,ni ganas de comprármelo. Yo por mi, me iría en chandal, que es lo que mejor me viene ahora mismo, pero creo que el resto de los invitados no lo verían de mi misma manera. Ojalá todo fuera tan fácil como los recortables de nuestra infancia y poder ir probándome los modelitos, uno a uno, hasta ver cuál de todos encajaba perfectamente en el evento en cuestión y, por supuesto, en mi ánimo.

Porque, en el fondo, y aparte del sacramento en sí mismo (boda, bautizo) que sirve para hacer partícipes a la comunidad de una unión entre dos personas o el inicio de un nuevo miembro en la "familia cristiana",...no es este un acontecimiento para lucirse, ver a familia y a personas que hace mucho que no ves, ponerles al día de tu vida, de lo bien que te van las cosas y de lo joven, delgado y guapo que te mantienes a lo largo de los años?

Definitivamente, no son actos que deban celebrarse al mes y medio de parir una.

La segunda boda es la de Mario, mi cuñado, el hermano mediano de Javier. Siempre dije que en las bodas de los hermanos, las hermanas/cuñadas deberíamos ir espectaculares. En esta ocasión, dejaré que se luzca Lucía, que para eso es la estrella. Yo buscaré, de nuevo, otro sustituto glamouroso para mi chandal.

Y el Bautizo. Jo...ahí, si que me gustaría estar guapa.

En los otros acontecimientos también, pero éste...lo va a tener la nena en fotos, videos, y recuerdos durante toda la vida y la imagen de su madre será un referente importante. Lo sé por propia experiencia. Aun hoy, reviso las fotos de la mia y digo lo guapa o lo menos guapa que me parecía entonces.

Bueno, sirenita, inauguramos tu futura y ajetreada agenda social :-D.... enga, vamos, que tenemos que probar el capazo en el coche, que nos pillan las bodas, digo, el toro!!!!!

Si no nos reimos, qué va a ser de nosotros.

Quiero compartir mis primeras sonrisas.

Antes solo me reía cuando soñaba con nubes, calorcito, leche de mamá, con colacao, aunque aun no lo he probado...

...Pero ahora, me hacen mucha gracia las cosas que me dicen y que veo...hay luces raras que se mueven mucho y que salen de una caja, tengo unas cosas blanditas a mi alrededor con orejas y bigotes que son muy suavecitos y que hacen ruidines y luego están mis papis y mis amigos, que, a veces, me hablan con tonillos raros y me hacen cosquillas y pedorretas...

Así que ya he aprendido a sonreir.

Celebrando el DIA de la MADRE como una MADRE

Y qué mejor forma que invitándome a comer en uno de nuestros restaurantes favoritos???

Me pareció buena idea hasta que miré hacia abajo y vi que mi garrapatilla tenía los ojos tan abiertos que me temía que no se acercaban momentos de especial paz y tranquilidad.

Me empecé a agobiar y dije -"noooooo, que mira como va la niña!!!".

La primera y única vez que hemos comido con ella, me puse cabezota, no quería, me daba miedo que empezara a llorar y no pudiera terminar el plato...pero Javier me dijo que si eso ocurría, nos levantábamos y nos íbamos, que lo teníamos asumido. Y haciendo de tripas corazón, me senté en la terracita y me dispuse a comer, con un ojo en la carta y otro en el cochecito.

Oyes, que la niña divina. Aunque estábamos fuera de hora, con el solecito, dormía plácidamente y me permitió comer y relajarme después de quince días agotadores.Me sentí otra vez persona.

No podía ocurrir ahora, en el Dia de la Madre, lo mismo? está bien, le dije: vamos a comer (pero un sexto sentido me decía que esta vez iba a ser diferente).

Ya habíamos pedido y nos traían un entrante para compartir cuando: guaaaaaa, guaaaaaa, guaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!

Ainssss, qué agobio, mueve el cochecito, hazle carantoñas, dios mio, dónde carajos está el chupete, cógele que asínnn se calla, ponle la toquillita que hace frío, que me voy al baño a mecerla, que no, que salgo a la calle y la duermo...o sea que... mis opciones son comer con el llanto desconsolado de una bebé hambrienta como fondo o comer sola mientras mi marido se llevaba a la niña fuera del restaurante... qué divertido!

Por una vez, fue Javier, quien sorprendiéndome no dramatizó (a lo mejor porque me vio que yo ya estaba absolutamente agobiada)y decidió tomarse el tema con bastante paciencia, así que me contagió el ánimo y decidimos que, qué mejor manera de pasar el Día de la Madre, que ejerciendo de.

Así que mi niña se me durmió en mis brazos, mientras Javier me cortaba los esparraguitos braseados para que yo los pudiera pinchar con una mano y luego me acercaba el vino que, amablemente, el camarero viendo la escenita, se apremiaba para que mi copa nunca estuviera vacía.

Necesité media botella de vino pa'relajar (si, si, ya sé que no se puede, pero...) y los saltos que daba cuando por fin se durmió, se parece bastante a esto que cuelgo al final del post... (me he copiado del blog de Vasp, que es muy bueno y desde aquí lo recomiendo: http://www.lacoctelera.com/voyaserpadre- .

En fin, quién ha dicho que ser papás a los cuarenta cambia la vida?????


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