Tengo que dar las gracias de sentirme, una vez mas, una privilegiada.
Aunque mi situación actual (laboral) no es precisamente una ganga, las decisiones tomadas hasta el momento, hacen que me sienta así, una afortunada.
De las mamás que parieron conmigo: mis vecinas Gema y Raquel, mi amiga Elva, y Teresa, una nueva amiga virtual, todas, finalmente, se han reincorporado a su trabajo y a su vida de antes de que nacieran sus retoños.
Ufff, qué duro.
Muchas mamás lo hacen continuamente. Yo misma había planificado ya la guardería al no tener abuelos a mano o familia que nos ayudase con Lucía.
Pero ahí, está de nuevo, la diosa fortuna, para favorecernos una vez mas.
Creo que la niña nos ha llegado en un momento muy bueno, un momento que necesitaba un cambio, una edad en la que se valoran otras cosas...
Yo llevo en el mundo de la publicidad desde el año 1991, si no me fallan las cuentas, unos 16 años. Quizá no sea mucho, pero sí que es demasiado.
Una carrera profesional que ha estado marcada, como siempre, por el destino, el azar, que ha sido buena (que no espectacular) que me ha permitido llegar donde estoy, ayudarnos a comprar la casa, los coches, a viajar, a conocer gente interesante y otras muchas cosas... en fin, que ha sido mi vida desde el 91.
Mi vida, SÍ, porque no hay nada mas sacrificado en el plan laboral que el mundo de los servicios, pendiente de satisfacer hasta el último de los deseos de un cliente (si hay que poner el culo, se pone, rezaba mi jefe).
Un trabajo creativo, agotador, curioso, estresante, absorbente y mal pagado. Un trabajo de 12 o 13 horas diarias...mejor dicho, un trabajo sin horario.
¿Estaba yo dispuesta a seguir así ahora que tenía a Lucía?
Definitivamente NO.
A mis 40 años mi carrera profesional me importa mas bien poco. Si tuviera 25 seguramente lo vería de distinto modo. Aunque nunca he sido demasiado radical en esto de "realizarse profesionalmente", los años vividos ya han supuesto para mi lo necesario para sentir que mi carrera, mis esfuerzos, mi validez como profesional, han sido compensados (que no "recompensados"). Lo que quiero decir es que lo ya vivido, para mi, ha sido más que suficiente.
Mis prioridades son otras y no precisamente desde que tengo a la niña. Siempre he sido consciente de la calidad de mi vida, de valorar otros temas, al margen de lo puramente económico.
He decidido dejar el mundo de la publicidad (también el mundo de la publicidad me ha dejado a mi). Creo que es el momento. Lo malo es que no sé hacer otra cosa. Y lo peor es que necesito trabajar para traer otro sueldo a casa. Pero eso formará parte de otro post, un poco mas adelante.
El caso y para no desviarme del tema, me siento una privilegiada por no tener que madrugar para sacarme la leche con el sacaleches (intrumento aterrador donde los haya) antes de coger el coche, pegarme el atasco de la mañana, aparcar frente a la oficina pagando mis dos euros al parkímetro cada dos horas, leer los mails y responder a infinidad de llamadas de los clientes quejándose o pidiendo cosas para ayer, aguantando lo humos y los "malos humos" de la gente del curro, volando escalera arriba, escalera abajo, peleándome con los proveedores por sus precios, por no llegar a tiempo, ese mensajero que se ha perdido....ufffff....pasando 12 de las 24 horas separada de la niña, de mi mundo, de mi casa, de mi marido.
También y para ser justos, siempre he disfrutado mucho de mi trabajo.
He tenido momentos gloriosos y he conocido a muchas personas, de todas he intentado aprender. Si no hubiera sido por mi trabajo, en ocasiones, mi equilibrio mental se habría podido ver afectado. A veces, el estar fuera de casa, te da una perspectiva diferente sobre las cosas y los problemas se ven de otra manera. Por eso no reniego de todos estos años.
Al contrario, forman parte de mi "equipaje" personal. Millones de besos a todos esos compañeros que han estado conmigo durante todos estos años, compañerosysinembargoamigos, que siguen actualmente en la agencia o que ya han tomado diferentes rumbos en sus vidas profesionales, pero que, tengo la alegría, de seguir en contactos con casi todos, ellos saben quienes son.
Echaré de menos el cafetito de la mañana!!!!!!
Para las mujeres la decisión es muy fácil (aunque increíblemente dura): elegir entre su carrera profesional o el críar personalmente a sus hijos. Actualmente, no queda otra.
Una amiga mia, con un importante puesto, y con hijos pequeños, se siente agobiada, martirizada por el pensamiento de que no está lo suficientemente con ellos y ahora, tras un año y medio de matarse a currar, se está replanteando su situación, pensando en una posible reducción de jornada, siendo consciente (ella es inteligente) que con un puesto de responsabilidad es prácticamente incompatible.
Los marrones no conocen el ansia por tu hijo, la hora de la toma, o la fiebre que llega en un momento inadecuado.
Por eso digo que mis 40 años han pesado en esta decisión.
Javier y yo hemos optado por que esté con la niña, todo lo posible. Y estoy muy contenta por ello.
Desde aquí, un beso muy grande a todas estas mamás que han tenido que incorporarse al curro, mucho antes del tiempo debido, alabarles su valentía y desearles lo mejor del mundo.
Y por cierto, a cada cual lo suyo, la idea de escribir sobre esta situación surgió a raiz de leer el post de Yasp, el marido de Teresa, una de las valientes mamás reincorporadas.
Un beso para todas.