sábado, marzo 29, 2008

Acantha y los borrachos


Todos estos señores estaban dentro cuando ella entró completamente desnuda

ellos habían bebido y comenzaron a escupirla ella no entendía nada recién salía del rio

era una sirena que se había extraviado los insultos corrían sobre su carne lisa

la inmundicia cubrió sus pechos de oro ella no sabía llorar por eso no lloraba

no sabía vestirse por eso no se vestía la tatuaron con cigarrillos y con corchos quemados

y reían hasta caer al suelo de la taberna ella no hablaba porque no sabía hablar

sus ojos eran color de amor distante sus brazos construídos de topacios gemelos

sus labios se cortaron en la luz del coral y de pronto salió por esa puerta

apenas entro al rio quedó limpiare lució como una piedra blanca en la lluvia

y sin mirar atrás nadó de nuevo

nadó hacia nunca más hacia morir.


Fábula de la sirena y los borrachos

PABLO NERUDA

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