miércoles, agosto 22, 2007

Las Mil y Una noches: La AVENTURA

No dejaron ni un solo centímetro de mí cuerpo sin revisar.

El pelo era señal de impureza así que fui depilada exhaustivamente. Fui sometida al influjo de embriagadores aromas con los que impregnaron mi piel y vestida con las gasas y los brocados más hermosos de todo Oriente.


Mis hermanas me miraban extrañadas entre una mezcla de miedo y curiosidad. Y yo…, yo no quería pensar en lo que me esperaría esa noche.


Esta preparación duró casi todo el día. A la caída del sol, fui llevada ante la presencia del Sultán.
Frente a frente y ya sin su escolta privada, Suleiman se mostró tal cual era.


-”¿Tienes miedo?” me preguntó.
- “No, mi señor. El miedo está destinado a aquellos que pueden elegir entre seguir o huir. En mi caso,no tengo elección.”-
-“Puedes irte si quieres, contestó él”-.
-“Que sería de mi o de mis hermanas si yo me fuera?”-.


Entonces él se calló y al rato me dijo: -“no puedes irte ahora, todos saben que te he llamado a mi lecho, pero yo no te voy a forzar a nada, quiero tu amor, siempre que tú me lo des libremente.”-
-“Eso es imposible, yo soy solo una esclava.”-
-“Olvida eso por unos momentos, ahora somos iguales.”-


Empecé a relejarme, pero solo un poco, yo seguía a la defensiva. A medida que pasaba la noche y nuestras charlas fueron pasando de triviales a un poco más profunda, fui descubriendo al verdadero hombre que se escondía tras el personaje.


Así transcurrieron las siguientes siete noches, las cuales fui llamada a su presencia , exactamente igual que el primer día.



La situación en el harén había cambiado, todas nos miraban ahora con una mezcla de desconfianza y estupor. Yo era la favorita del sultán y nuestro status había mejorado sensiblemente. Las tres vivíamos ahora en los aposentos mas lujosos solo destinados a las esposas.

No solo había cambiado el harén, mis sentimientos también.

Sabía que tarde o temprano caería rendida a los pies de ese magnífico hombre que había sido tan galante conmigo. En cambio, mis hermanas aunque eran tratadas con el mismo respeto que hacía mi, no valoraban las joyas o los ricos vestidos, y deseaban escapar de aquel mágico lugar.

Un día, al caer la tarde, oímos sonar las alarmas de palacio y un revuelo inusual cerca de las puertas del harén. Las mujeres nos asomábamos a nuestras estrechas ventanas profusamente labradas a través de las cuales podíamos tener acceso a determinadas partes del palacio.
Pronto nos enteramos de la noticia. Un temido pirata en conflicto durante años con Suleiman había atacado el castillo. Barbanegra, que así se llamaba, estaba a las puertas del harén con la intención de cruzar el pasillo al que ningún otro hombre, excepto los eunucos y el sultán podían acceder.

El harén se revolvió como gallinero y todas corrían despavoridas. Nosotras, en nuestra ignorancia, nos quedamos quietas y pronto el pirata se acercó a nosotras. El brillo en los ojos de Hada me hizo temer lo peor y mas cuando Barbanegra, un pirata formidable, negro como la noche y fuerte como dos hombres, se fijó en nuestra hermana mas morena.

Sin mediar palabra, la agarró de la cintura, la acercó despacio a su rostro y viendo la llama del deseo en los ojos negros de Hada, el pirata la besó, larga y cálidamente, y yo supe claramente que su destino ya había sido marcado.

Después de reaccionar, Yedra y yo percibimos la presencia de un occidental en el harén, entró tras Barbanegra y aunque al principio no le identificamos, Yedra descubrió con ilusión que el hombre que tenía antes sus ojos con un cinta de color en su pelo castaño mas largo de lo habitual, y con un arma en su mano, era su abogado, el mismo aburrido y conservador abogado, con el que se había comprometido en España.

-“Mi querida Yedra, hubiera recorrido el mundo entero por encontrarte. Fue una suerte que Barbanegra atacara mi barco y accediera a que te buscara en el famoso harén de Suleiman. Eres mi amor, mi vida y sin ti, no valía la pena seguir.”-

Yedra, estupefacta, intentaba reprimir la emoción que le embargaba, nunca, hasta ahora, le había encontrado tan atractivo, la aventura le sentaba bien y fue entonces cuando también comprendí que mi hermana mayor había vuelto a encontrar su camino, un destino…digamos, mucho más apasionado, que el que tenía hacía tan solo unas semanas.

-“Edén, tenemos la oportunidad de escapar, es ahora o nunca!!”-, me gritaban mis hermanas. Ellas habían decidido seguir a sus hombres. Y entonces mi corazón se partió pero no pude salir del harén.


Las vi alejarse, entre una mezcla de tristeza e inquietud, con la promesa de volver a reencontrarnos. Desde el ventanuco mas exterior, observé con miedo cómo lograban salir del palacio y zafarse de la guardia real y me alegré mucho por ellas.

Al poco, el harén volvió a su ritmo normal de vida. Esa noche sería la última que Suleiman me llamara a su presencia.

Cara a cara, me preguntó porqué no había huido, al igual que mis hermanas. Yo le conteste: -”Mi vida ahora está aquí”-.

Entonces, Suleiman, me dijo con el tono más tierno que nunca antes había sentido:
-”Comencemos entonces, esta nueva vida, a partir de ahora, no habrá más llamadas, a partir de ahora, tú serás la única que esté junto a mi durante mis noches y también durante mis días”-.

No necesité nada mas.

Esa noche, la primera de muchas otras, …esa noche, nuestra vida y nuestros cuerpos, fueron solo uno.

Este relato veraniego está dedicado especialmente a Yedra y a Hada. Y a los demás, gracias por permitir que haga volar mi imaginación y decore a LaBurbuja con magia oriental.

6 comentarios:

Mary dijo...

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!
Barbanegraaaa!!!! UUUUhhhhh.
Me ha encantado el final del relato. Y también cuando Barbanegra me coge en sus brazos y me besa, el cutis de ave niña..

Gracias a ti por permitirme entrar en tu mundo de fantasia.

Muchos besos.

Montse Rius dijo...

Un placer, hadita.

Pos digo yo, que habrá que hacerse un viajecito, no??? una pasión turca o algo...jejejeje.

Besos.

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Me ha encantado!!!!

Montse Rius dijo...

Gracias Sonia!!

Has sido capaz de leer las tres partes?? no sé, quizá este relato de pasión turca pueda parecer un poco aburrido "desde fuera", jejejeje.

Un besote, guapa.

Porquepermanezcoacostado dijo...

es el final o un continuará? es que ¡acaba bien!

Montse Rius dijo...

Es el final, Acostao...solo podía permitirme un final feliz para este relato vacacionero.

Besotesss!!!