sábado, octubre 06, 2007

"Me gustas, FUENGIROLA"


Recuerdo aquellos largos veranos en Fuengirola...

Es extraño que aun no haya escrito nada de mi pueblo. Fuengirola ha estado ligado a mi vida desde los 8 o 9 años, no me acuerdo muy bien. Ha sido y es muy importante para mi, he vivido momentos muy intensos, amistades, amores, desamores ...todo lo intenso que le puede parecer a una adolescente los sucesos acontecidos en su día a día.

Ese verano llegué un poco más tarde. Quiero decir, que la mayoría de mis amigos ya estaban allí. El primer día solía ser muy emocionante pues nunca estaba una segura de quién vendría ese año o si habría nuevos fichajes. Si me pusiera a calcular lo diría con seguridad pero así, de memorieta, tendría yo unos 17.

No recuerdo la sucesión correcta de acontecimientos pero sí recuerdo las sensaciones. Ese verano fue especial, cada día empezaba y terminaba con las emociones a flor de piel.

El grupo tenía nuevas incorporaciones, los primos de unos amigos habían venido a pasar el verano con ellos, el caso es que se juntaron un montón de chicos, exactamente 7 y tres amigas incluyéndome a mi. La proporción, aunque pueda parecer extraña, era la ideal.

Tocábamos a 2,333333 por chica...que ¿qué significa esto? pues significa nada mas y nada menos que estábamos todo el día colmadas de atención, mimos, sonrisas, miradas, juegos y declaraciones de amor.

La pequeña complicación de que las declaraciones de amor no se produjeran en el orden correcto no resultó tan importante (bueno, ahora que lo pienso, en su momento sí que fue una pequeña tragedy).

En fin, el caso es que, como siempre, se cumplía la máxima de: - "A mi me gusta fulanito, pero a él le gusta menganita, lo que pasa es que a ella le gusta perenganito pero a perenganito la que le gusta soy yo"- y con esas directrices, se pasaban rápidamente los días de verano en mi Fuengirola.

Siempre pensé que una adolescente debería experimentar un verano así.Tendría que ser como de enseñanza obligatoria. Fue la sal de la vida, el subidón de sentimientos, emociones speedicas, el Red Bull de las sensaciones.

Si continuo escuadriñando en mi memoria, recuerdo que en la playa, por la mañana, me dedicaba a situarme lo más cerca del chico que me gustaba a mi. Le miraba y le dedicaba cálidas sonrisas...pero nada, como el que oye llover. Me gustaba verle jugar a las palas, tenía buen tipo y me recreaba. El tal personaje en cuestión se dedicó a contarme sus confidencias y lo mucho que le gustaba mi amiga, la cual, como ya hemos comentado no le hacía ni pu...caso.

Recuerdo también las tardes en la piscina. Todo el grupo vivía dividido entre 2 edificios: el Veramar y el Jeimar. A veces, venían a nuestra piscina, otras íbamos a la suya.

Cuando acampábamos, ocupábamos gran parte del espacio con nuestras toallas extendidas concéntricamente y la cosa consistía en ponerte lo más cerca posible del chico o la chica objeto de tus deseos. Siempre se buscaba ese roce casual de los codos o algún momento de charleta más íntimo en la que se pudiera sonsacar alguna información vital. En mi caso, estaba todo perdido, mi chico se deshacía por los huesitos de mi amiga y no podía hacer nada para impedirlo.

Entre playa, mar y piscina se pasó el verano y entre "me gustas" y "tú ami no, que me gusta la otra", casi se nos pasó la vida.

Paradojicamente, siempre recordaré al hermano del chico que me gustaba y que no me hacía ni caso. Estaba yo tan concentrada en lo mio que no supe ver lo que se tramaba a mi alrededor. Era el mayor del grupo, tímido y más hecho que los demás, buen cuerpo pero con cara de empollón.

Una noche, en la discoteca, sin verlo venir, me soltó: -"me gustas, quieres salir conmigo?" y yo, que no supe apreciarlo en aquel momento, le dije algo así como que acababa de terminar con alguien y que no me apetecía volver a empezar, ...vamos una de esas excusas de libro. Creo que el chico no se lo tomó muy bien.

Muchas veces pienso qué hubiera pasado de no estar tan encoñada con el hermano. Ahora, con el paso del tiempo, me parece que era mucha mejor opción.

Ese verano rompimos y nos rompieron nuestros corazones...pero esto mismo, lo hizo inolvidable.

Y sí, la de la "afoto" soy yo, tendría unos 7 u 8 años. La he subido porque es reflejo del mismísimo espíritu fuengiroleño: fiesta, alegría y sentimientos disfrazados.

-"Escríbeme, no dejes de hacerlo, nos veremos pronto, como mucho, el año que viene, no pierdas mi dirección, ¿vale?, ha sido un verano muy especial, me lo he pasado muy bien"-...

Al chico que me gustaba y a su hermano no los volví a ver nunca mas.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien explicado, tanto que me has hecho recordar mis 15-16-17-18 años...

Yo era más bien cortado, lo sigo siendo pero ahora no sufro, y si me gustaba una chica me alejaba para que no se me notara pues me ponía nervioso cuando estaba ella. Eso, después lo entendí, le hacía pensar que no me caía bien y eso causaba que se acercara al grupo cada vez menos, aunque en otras ocasiones mi actitud me trajo éxitos, la verdad.

Me ha gustado el relato, ¡qué tiempos!

Salud.

Anónimo dijo...

Quién no ha tenido un verano azul en su vida ???, pues si hay alguien que no, nunca es tarde !!, ese amor de verano, lo mejor, eso de sentir mariposas en el estomago cuando te miraba ese chico con la cara llena de acné.
La verdad es que los amores de verano dejan huella.
Mención especial a la hawaiana, divina de la muerte.
Luego dices que la sirenita sabe hacer de modeli.
Besosss

Montse Rius dijo...

Gracias Balsica...ufff, qué momentosss, lo que daría por volver a ellos...con la cabeza de ahora!!!!! (el cuerpo que siga siendo el de los 19).

Mira que me gustan a mi los chicos timiditos...jajajajaja.

Besotes.

Ays, Yedris, esto es la búsqueda continua de las mariposas...es lo mejó!!!

Cuándo nos vamos de marchuki????

Muchos besitos.

Mary dijo...

Cuantos recuerdos me ha traido leer tu relato. Yo he vivido momentos muy parecidos en mi queriddidsiiima Granada y son irrepetibles. Ojala nuestros hijos pudieran vivirlos también aunque los tiempos han cambiado mucho y ya no se pasa tanto tiempo de vacaciones...
Dios me acabo de dar cuenta que hablo con si tuviera 50 añosss
AHHHH!!!!

Montse Rius dijo...

Bueno, hada, consuélate que a mi, para 50, me quedan di...ejem, qué narices!!!!! si tengo 29....

el más precioso monstruo de toda monstruopolis dijo...

Pero que guapita!!
Cómo gusta ver esas fotos, pero si parece que va a salir "el chanquete" a darte el consejito ese que tan bien se le daba.

Me acuerdo yo que me regalaron mis padres la vespino aquella negra con las tres rayitas roja, naranja y amarilla...
Y de la primera multa, menuda bronca!!

Besos.

Anónimo dijo...

En fin... chicas

Montse Rius dijo...

Qué tiempos, eh, precioso monstruo! lo bueno es haberlos vivido y...sobrevivido!! y llegar hasta aquí con media neurona sana.

Besotes.

Merluso, los chicos también.

Unknown dijo...

Casi todo es relativo y con la perspectiva de los años y de nuevas experiencias, si comparamos creo que hay etapas que hay que pasar,para evolucionar,aprender.
Aprovechar la experiencia de "aquellos maravillosos años" para darnos cuenta que quizas los años fueron y pueden seguir siendo maravillosos, pero que había gente que con el tiempo nos hemos damos cuenta que no lo era tanto.

Montse Rius dijo...

Mira que echaba yo en falta tu comentario, Raulillo. Tú, mejor que nadie por estos lares, sabes lo que supuso Fuengirola, para mi, para ti, para todos.

Efectivamente, han sido etapas de nuestras vidas que nos sirven para evolucionar.

Lo bueno: quedarnos con lo positivo.

Todo lo demás no importa demasiado.

Besotes.

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo que para nosotros, ese lugar y todo lo que supone, nos ha aportado experiencias muy positivas.
Quizas la idealización que hizimos de algunas situaciones y personas son consecuencia del momento en que nos sucedieron.