La discusión fue subiendo de tono sin que apenas se dieran cuenta.
Lo que había empezado por una simpleza, una tontería, se estaba convirtiendo en un abanico de reproches y amargura reprimida durante mucho tiempo.
Llega un momento, en las discusiones de pareja, que es imposible volver atrás. Pasa lo mismo cuando se hace el amor. Aunque este no era el caso.
Lo que comienza siendo una discusión, se convierte en un pulso, en un quién aguanta mejor el tipo, quién dice la recriminación más gorda, más lógica e imposible de rebatir, ya no se controla lo que se dice ni cómo se dice, solo se sabe que se tiene que echar fuera y ya.
Eso es muy peligroso, hay cosas que es mejor callar...
Los expertos dicen que aquellas parejas que saben resolver sus problemas con sentido del humor son los que sobreviven mejor a estas "guerrillas caseras" y los que suelen aguantar mas tiempo en sus relaciones.
El caso es que, ese era el instante, en que se necesitaba una nota de humor, algo que relajara la tensión, pero tanto ella como él no pensaban en reir, sólo en escupir palabras dolientes con los ojos inyectados en sangre.
Pero alguien les vino a ayudar.
Su pequeño de 14 meses y un día (hacía un par de semanas que andaba y que recorría la casa a sus anchas) observaba con atención a sus padres. No sabía de qué iba la historia pero intuía que algo no iba bien, que algo no le gustaba. Ni corto ni perezoso, se fue directo a la minicadena que reposaba sobre la encimera caoba del mueble que tenían en el salón y como si fuera un acto cien veces ensayado, apretó con destreza el botón de "Play" y el cd que se escondía silencioso en la bandeja empezó a sonar a toda pastilla.
No sé qué extraña confabulación hizo que el tema que sonara fuera un antigüo ritmo de los "Village People" reversionado con teclados y ritmos actuales, algo que volvió loco al bebé e hizo que éste empezara a a mover el cuerpo con una gracia inusual para su corta edad.
Sonar la música, empezar a bailar el bebé y mirarle extrañados fue todo uno. La carcajada estaba servida.
Los tres se abrazaron y no volvieron a regañar al pequeño por tocar las teclas de su valiosa minicadena.
martes, mayo 20, 2008
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3 comentarios:
Uf! las discusiones de pareja . Pero si las discusiones son desde el respeto y constructivas, para solucionar algún desajuste incluso son buenas. Después llega la calma...
Claro que a veces la otra parte no se da cuenta por que es una *+trsk$/'rrrrña.
Y que bueno y necesario es el humor, para todo
Psi,si mu bonito mu prezioso pero ya verás tu cuando el motivo de pelea sea el propio retoño, eh! cuando de peleen por culpa de el.
A ver ...Acostao, Merluso, qué esquizofreniaaaa! pues si, yo estoy a favor de las discusiones, mejor hablarlo todo aunque sean pequeños detalles que callárselo, pero siempre como bien tú dices, desde el respeto.
Efectivamente, uno de los temas más conflictivos en la pareja aparte del tema único es el de los niños. Casi siempre estamos en desacuerdo con nuestras medias naranjas, que si le bautizamos o no, que si cole privado o público, que si hace frío o calor, que si, que si, que si....
Son las cosas de la vida... ;-)
Besos, y gracias por ecribir.
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