Una historia bonita, curiosa, solidaria, que os cuento brevemente pero cuya esencia es este blog de reciente nacimiento.
Pues otra vez Internet. Qué de cosas me ha aportado! cuando me cansé de pescar tiburones y tesoros en el océano virtual y lo dejé, empecé a relajarme jugando al mus en la red.

Y de esta manera tan anónima y virtual, conocí a Patxi. Claro que no era Patxi, tenía su apodo, como yo, y su nick le relacionaba con los Macintosh...cosa que me llamó la atención y una cosa llevó a la otra, que si envido a grande, que yo +, que si órdago, que si eres del gremio, que si soy jugadora de chica, que si usas el mac, que cómo son los clientes,......blablablabla....
Era agradable coincidir al mediodía con alguien que ya conociera tu juego. Aparte que solíamos ganar mas a menudo pues ya sabíamos de qué pie cojeábamos, pues tampoco tenías que demostrar que eras buena o mala, simplemente jugabas para divertirte sin presión y era lo que me relajaba.
Los partidos de ludo son muy rápidos con lo que tampoco puedes charlar demasiado, además la otra pareja contrincante se solía mosquear si hablábamos mas de la cuenta. Pero entre partida y partida algo de información intercambiamos...
Resulta que la pertencia al mismo gremio laboral no era solo nuestra única coincidencia, él y su mujer habían pasado varias veces por una situación muy similar en la que yo estaba a punto de embarcarme (y de hecho me embarqué): un proceso de reproducción asistida.

En Mayo de este año, mi marido y yo fuimos convocados a la reunión informativa que la Comunidad de Madrid periódicamente realiza para, dentro de lo posible, acercar a las parejas al la situación REAL de lo que es la adopción internacional. Fue una reunión enriquecedora pero dura: muchos trámites, tiempo, esfuerzos, inseguridades aunque con una recompensa real.
Nos dimos un tiempo para pensarlo, aunque estábamos asustados.
Mientras, mi amigo virtual del mus, avanzaba -lentamente- con sus papeleos de la adopción.
Lo que nos ha pasado en los últimos meses, es mas o menos...historia.

Nunca sabes si tu destino se cruzará alguna vez con Kazajstán u otro lugar igualmente remoto.
