Es uno de los acontecimientos más raro que me ha pasado, aunque más que raro, inquietante.
Y la verdad, no suelo hablar mucho de ello, porque no tengo una posición muy definida. En realidad, me asaltan multitud de dudas.
Cuando una noticia sale en los informativos, una pelea, una agresión, asesinato, inconscientemente la absorbes desde la posición de la víctima, también generalmente, la exposición del informador, de la noticia, se hace desde esta postura.
Pero, qué ocurre cuando CONOCES al agresor? Cuándo, (y a pesar de que sea una noticia contrastada) NO PUEDES CREER lo que estás escuchando? Cuando tienes una relación con el asesino y no puedes pensar en el daño que ha cometido a esa víctima inocente sino en la familia del acusado o en el acusado mismo? ¿apoyarías a ese conocido?
Todas estas cuestiones están ligadas a esta historia, y aunque han pasado algunos años, aun sigo sin resolverlas de manera clara.
Apareció la noticia en los periódicos un verano, estando yo de vacaciones y fue absolutamente un shock.
Y en un principio, nadie sabía nada, aunque en muy poco tiempo la prensa, creo recordar que El País, ya se hacía eco de la noticia dando nombre y apellidos del presunto culpable, aunque de presunto tenía poco pues mantuvo una coartada durante las primeras horas pero luego, rápidamente, confesó.
Esta persona había trabajado conmigo, codo a codo, durante tres años y cuando abrió su propia empresa, lo siguió haciendo, no como compañero sino como proveedor habitual, dándose el caso además que su padre había sido jefe mio en una empresa anterior. Por esta circunstancia, conocía bastante bien a su familia y su mundo.
Habían sido muchos años de contacto y nunca, nunca, una persona así podía ser la que había cometido ese crimen, era absolutamente imposible: una persona joven, atractiva, amable, trabajadora, emprendedora, muy paciente, muy tranquila…en fin, no éramos amigos del alma, pero sí compañeros que se llevaban muy bien.
La sorpresa, podeis imaginar, fue increible, y atronadora.
La primera sensación es la que que nada es lo que parece. Puedes conocer a alguien durante años y no saber cómo o quién es realmente, eso me asustaba.
Por otra parte, está lo incontrolable, que siempre me ha atemorizado: todas esas personas que no controlan sus actos: los alcohólicos, los drogadictos, los enfermos mentales….
Después de esta avalancha de sensaciones, guardas un minuto para pensar en la pobre víctima que se cruza en el camino de alguien así…ella es realmente la inocente, la que mas pierde, ella y su familia... pero tu sentimiento, tu conocimiento, está ligado a la otra parte de esta historia truculenta.
En fin, el caso lo he seguido poco desde que ocurrió, en realidad porque todo se decidió bastante deprisa y desde el primer momento se encarceló. Con su familia habré hablado tres o cuatro veces desde entonces, una de ellas, hace tan solo unos días.
Aunque no lo planteaban así en los periódicos, esta persona tiene una lesión en la corteza cerebral que se “desmanda” con una vida descontrolada, alcohol y copas y por lo visto, hizo “aquello” como podía haber hecho cualquier otra cosa.
Pero entonces, es este acto más justificable? Les tranquilizará a su familia saber esta circunstancia? Tendrán la sensación de que nunca llegarán a conocer realmente a su hijo, hermano, cuñado, tío?
Cuando salga, seré capaz, de volver a tener un contacto “normal” con él?
- "Hombre, qué tal? Cuándo saliste? Cómo estás?????"-
Es difícil contestar a esto y si es difícil para mi, una simple conocida, no quiero ni pensar en la situación de su familia.
Pero una cosa son mis dudas, creo que racionales y comunes a cualquier otra persona y otra cosa es dar la espalda o rechazar a los padres, hermanos... de este enfermo-agresor simplemente por sus lazos de sangre, cosa que sé que han sufrido en sus carnes... es esto justo?
Es la mente lo más valioso que tenemos?
Es también lo más delicado?
Es tan débil nuestro equilibrio que, cualquier circunstancia, puede hacer que éste se rompa?
Me asusta pensar en ello pues confío mucho en mi mente, no imagino si un día le diera por fallarme….
jueves, febrero 08, 2007
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9 comentarios:
Joder! vaya historia.Está claro que todo está en nuestra cabeza(cerebro) y sin ella pues ya no somos lo mismo(alzheimer, etc).
Que le sucede a la mente?? Lo cierto es que somos impredecibles a todos los niveles y jamas sabemos la reacción ante algunas situaciones en la vida???
Cuidate mucho!!
;) Muak
El dia que se te vaya la olla, estaremos a tu lado para devolvertela ;)
Entonces...nosotros somos nuestras mentes?
Puede que si, que el corazón sea el motor pero la mente sea el "colador" que separa lo útil de la basurilla...y cuando el colador tiene agujeros más grandes de lo normal...pues....
Oye, Sonia, cuento contigo para eso...jejejejeje :-)))))
Besotes.
Nadie está a salvo, el estress, el medio ambiente, los medicamentos, la rutina.. todas estas cosas influyen para que un día el coco diga "SA´ACABÓ".. y en ese momento que!!!!!
En ese momento, María, estamos mas perdidos que un hipopótamo en un garaje.
Joé, Eden, cuando he empezado a leer el post te juro que pensaba que era un relato o algo así... es increíble... bueno, no, pero nunca he llegado a imaginarme que alguna de las personas que conociera, terminara haciendo alguna de esas, pero sí (qué incoherencia), al conocer una noticia así, observar a mi alrededor, y a mis conocidos, y pensar que cualquiera podría hacerlo en un momento dado o bajo determinadas circunstancias...
Qué fuerte. En fin, lo único que sé, es que sí, la mente es lo más importante en cada uno de nosotros. Sin ella, creo que no somos nada (y lo creo a pies juntillas). También opino que no es justo que también se juzgue y trate a su familia como al agresor. Y por supuesto no creo que la mente sea tan frágil, creo más bien que va en la personalidad de cada uno y sobre todo en la "configuración" de cada cerebrito.
En fin, que retorno y se me ponen los pelos como escarpias.
Joooooooooooooroba!!
Besos, burbujita!!
Recuerdo que ya me habías comentado algo, la verdad es que estas cosas ocurren, o mejor dicho, no ocurren tan amenudo como podrían pasar. Hay mucha gente que vive bajo presión en sus diferentes formas y no todos consiguen aguantar; o revientan y acaban con lo que les provoca esa presión, o ceden a ella y acaban por poner fin a todo.
Todos somos frágiles en ciertas circunstancias, si a eso le sumamos "defectos de fábrica", un comportamiento inhabitual y esporádico puede convertirse en lo más normal, por muy aterrador que éste sea. ¿Justificable? Eso siempre será una opinión subjetiva.
Mejor no pensarlo mucho, verdad???
Ainssssss.....
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